Betty Cantillo
Fundación Bengoa
En los últimos años, en diversas partes del mundo se habla por igual del
incremento en el deterioro del medio ambiente y del aumento del consumo de
alimentos poco saludables derivados de la expandida industrialización. A raíz de
las preocupaciones que estos dos temas vienen generando, ha ganado terreno en el
mundo la denominada "alimentación ecológica", que se caracteriza por estar
compuesta de alimentos y productos elaborados de manera natural, sin elementos
artificiales y respetando el medio en el cual se producen.
Para cultivar este tipo de alimentos se requiere de la llamada "agricultura
ecológica", con la cual se logran verduras, hortalizas, cereales y otros
alimentos, cultivados en terrenos libres de pesticidas y otras sustancias
químicas.
Las hortalizas de cultivo ecológico tienen mayor cantidad de nutrientes, por
ejemplo, 18% más de proteínas, 28% más de vitamina C, 18% más de potasio, 77%
más de hierro, 10% más de calcio según un estudio realizado por el profesor
Schuphan, director del Centro Federal para la Investigación de la Calidad de los
Productos Vegetales en Alemania.
Por lo tanto, quizás los alimentos ecológicos puedan ser más caros y los
expertos concuerdan en que es su único inconveniente, pero valen la pena, ya que
con menos cantidad de alimentos ingerimos más cantidad de nutrientes.
La ganadería ecológica es otra fortaleza con la que se busca obtener carnes,
huevos, leche y otros productos de la manera más natural posible, para lo cual
es prioridad el respeto de los animales y del medio donde se crían.
Actualmente, en países como España, la demanda de este tipo de alimentación
aumenta progresivamente, por lo que la oferta y la variedad de alimentos y
productos alimenticios está creciendo. Algunos comercios disponen en sus
estanterías alimentos y productos provenientes de la agricultura y ganadería
ecológica. Identificarlos es sencillo, además de destacar su procedencia en su
explicación nutricional llevan un logotipo del país que los produce, con lo que
se corrobora y garantiza que esos productos han pasado por un proceso completo
de producción biológica.
La creciente oferta y demanda y la inclusión de algunos productos no
biológicos, ha llevado a que se regule este tipo de alimentación. Así, por
ejemplo, en España, desde el 1 de enero de 2009 se aprobó un reglamento con los
nuevos patrones para la producción, control y etiquetado de alimentos y
productos ecológicos.
En Venezuela es poco lo que se ha desarrollado en alimentos ecológicos, pues
la mayoría de alimentos o productos de este tipo que llegan a nuestros mercados
son importados. Sin embargo, hay un gran avance en cuanto a la siembra
ecológica, para la cual se utilizan cantidades mínimas de fertilizantes y
pesticidas.
Ya hay experiencias ecológicas en Mérida, en la Sierra de Falcón y en El
Cobre, estado Táchira, donde se usan exclusivamente abonos orgánicos a través de
la lombricultura.
La lombricultura, una actividad de bajo costo que está tomando auge en el
país, consiste en el procesamiento y reciclaje de diferentes desechos orgánicos
a través de la lombriz de tierra, produciendo un abono muy rico en nutrientes,
al mismo tiempo que sirve como alimento para animales en forma de harinas o
material vivo. El humus obtenido se utiliza para abonar los suelos y, además de
nutrir a la planta, la enriquece microbiológicamente, activando las hormonas
fitoreguladoras del crecimiento, lo que le proporciona mayor resistencia contra
las plagas y enfermedades.
Razones para consumir alimentos ecológicos
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Están libres de pesticidas: Estudios han demostrado la relación entre
los pesticidas y ciertas patologías, entre ellas el cáncer, las alergias y el
asma, entre otros.
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No contienen organismos genéticamente modificados: El cultivo de
organismos genéticamente modificados (OGM) puede tener consecuencias negativas
para el medio ambiente y la salud.
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No contienen antibióticos: Para el tratamiento veterinario del ganado
generalmente se emplean productos homeopáticos.
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Se respeta el medio ambiente, la naturaleza y el bienestar animal: La
agricultura ecológica previene el efecto invernadero, no genera residuos tóxicos
y ahorra energía.
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Tienen máximos niveles de calidad: Los agentes que intervienen en la
cadena agroalimentaria deben someterse al control e inspección de las materias
primas.
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Tienen mejor sabor y color: Como los productos son elaborados de forma
muy artesanal y cuidadosa, conservan los gustos originales y mejor
sabor.
Los secretos de una alimentación saludable son calidad,
variedad, balance, moderación y mucho color en el plato, cualidades que
fácilmente encontramos en los alimentos ecológicos.
Fuentes: